El lavadero de La 97 también es identificado como la terminal de transporte de los buses Floresta-Estadio, y existe desde hace más de 40 años. Se encuentra a pocas cuadras de la Estación del Metro- San Javier y se ubica cerca de dos canalizaciones, una de ellas pasa justo al lado de las calles donde lavan. El lugar sólo cuenta con la llave del acueducto y un tanque donde recogen el agua para el lavado. No tienen un lugar específico para guardar sus herramientas de trabajo o protegerse del sol y la lluvia, así que las relaciones que han ido construyendo con sus vecinos les permite colocar, en uno y otro lugar, los objetos del trabajo. Lavan los buses de la terminal, camiones y carros particulares de clientes que conocen hace muchos años; también es aquí donde pasan casi todos los días y comparten espacios con los amigos que cada uno tiene. Su constancia en el lavado de carros ha sobrellevado adversidades económicas, una de ellas por ejemplo ha sido a causa de la violencia que ha vivido la Comuna 13 ; los afectó durante un tiempo debido a los cobros de vacunas que llegaban al monto de hasta doscientos mil pesos, aspecto que también determinó que quienes alistaran allí fueran siempre los mismos y no variara con personas nuevas, por cuestiones de seguridad (No sé si deba ir esto).
El lavautos está conformado por 5 alistadores que trabajan, unos han ido y vuelto buscando otros trabajos, pero 3 de ellos llevan más de 20 años trabajando allí. La permanencia que han tenido les ha permitido construir relaciones de confianza con los habitantes del barrio. Algunos de ellos viven cerca del lugar, pero otros caminan a diario a sus casas en sectores aledaños. Uno de ellos, Luis Alberto, trabaja allí desde hace más de 40 años y empezó a lavar desde joven cuando se fundó el lavadero; Jhon Mario “el peludo”, quien trabaja allí desde hace aproximadamente 20 años, es una de las cabezas visibles del equipo encargándose de mediar las relaciones a veces difíciles entre los alistadores y haciéndose cargo del pago del agua. Con menor precisión en los años, pero también con una larga presencia como alistador está Román “el flaco”, el más joven de todos que vive en el lavautos; Jaime, una de las personas con un liderazgo potencial dentro del grupo y a quien a veces lo acompañan sus hijos para ayudarle a lavar los carros; Alberto “el mudo”, reconocido por todos sus compañeros por la disposición en trabajar apoyándolos. Los alistadores de La 97 a pesar de las diferencias han estado trabajando en la unidad de trabajo en equipo y en su organización.
Jaime trabajó durante varios años en el lavautos pero se retiró un tiempo a trabajar en otras cosas; regresó aproximadamente hace dos años con la disposición de encontrar los mejores beneficios que le puede ofrecer el lavautos para sus proyectos familiares y personales. Esto lo ha ido encontrando debido al trabajo que desempeña, haciendo que los clientes del lavautos lo busquen con mayor frecuencia, hallando así la rentabilidad necesaria para solventar las necesidades básicas y ahorrar para invertir en las cosas que sueña, por ejemplo una casa, espacios de disfrute con la familia y parte de la educación de sus dos hijos. Con la intensión de educarlos les pide ocasionalmente que sean un apoyo para lavar los carros, pero de otro lado considera que es una manera de que ellos aprendan a conseguir sus propios recursos. Aunque no viven juntos, en el espacio del lavautos encuentran algunos de los momentos que tienen para compartir; algo que disfrutan hacer es recolectar pequeños objetos que descubren en el suelo o lo que parece ser basura de los carros (stickers, botones, gafas dañadas, etc.), para irlos ubicando como decoración en un muro cercano.