“Un territorio con mujeres empoderadas por el derecho a soñar y a pensar de otras formas. Con una potencialidad que tienen los lugares y los grupos, reconocer la experiencia que tienen para potenciarlos desde lo que ya saben”
Los encuentros del proyecto Memorias del Agua se realizaron en la casa de doña Elvia, lideresa del grupo de mujeres. Allí el grupo base conformado por las mujeres del territorio, se inició con una jornada de presentación, para reconocer a la otra y a si misma desde los gustos y disgustos, también desde las intenciones de hacer parte del proyecto memorias del agua y definir un alcance real que se pudieran trazar como grupo. Las acciones comenzaron con un proceso de embellecimiento del sector, pintando materas elaboradas con botellas plásticas y sembrando algunas plántulas y semillas. Cada participante tomó un grupo de tres materas que ya estaban previamente en el cerco de las escaleras del sector. Estas materas las habían elaborado con botellas de plástico. Lo que hicimos fue pintarlas con la creatividad de cada uno de los participantes, con el fin de que quedara su huella en el sector.
Después de pintar las materas, cada uno echó tierra abonada en ellas, y eligió algunas plantas o semillas para sembrar. Nosotros llevamos plantas de suculentas, y semillas de cilantro, frijol mungo y rábano. Comentamos que, a través del tiempo, las semillas y las plántulas han estado para alimentar a la humanidad y que tener las semillas es tener la vida y la posibilidad de adquirir soberanía alimentaria en la escala local de nuestro barrio. Quedamos con la intención de hacer una huerta comunitaria en el sector y trabajar en otros aspectos como el embellecimiento de las escaleras. Se realizaron varios un primer recorrido del territorio para mirarlo de otras formas, conocer sus riquezas e imaginarnos posibles futuros para nuestro espacio.
Los encuentros iniciales buscaban una provocación para conocerse desde cada quien, invocando a la memoria lo que lo representa.
Momento 1: espacio personal: Nos construimos como una red de memoria.
En este primer momento hablamos sobre nuestros recuerdos personales, en el centro de una hoja de color (cada quién elige qué color desea), nos dibujamos y a partir de ahí fuimos fabricando una red en la cual ubicamos los siguientes recuerdos.
Día y lugar de Nacimiento
El recuerdo más lejano que tenga
¿Dónde es el primer lugar que viví? Que recuerde, que me acuerde como era la casa, quienes vivíamos.
Un recuerdo que me guste con el agua
El recuerdo más triste
El recuerdo más feliz
¿Qué recuerdo quiero construir a futuro?
Momento 2: Momento común, aquí indagamos sobre aspectos importantes en la comunidad.
Cuencas hídricas del sector, que lo atraviesen, nacimientos de agua.
¿Qué patrimonios tiene nuestra comunidad? Materiales e inmateriales, explicaremos el amplio concepto de patrimonio.
¿Qué lugares de encuentro tenemos en la comunidad?
¿Qué grupos, colectivos o movimientos culturales existen en el barrio?
En los encuentros comentamos la riqueza cultural, ambiental y social que tiene Bello Oriente, reflejados en sus montañas, fuentes hídricas, gentes y costumbres.
Una riqueza importante, es la disposición de las personas para participar en procesos y proyectos comunitarios. Además de las iniciativas de gestión que se gestan en común. En esa lógica de conocer el territorio y sus riquezas se realiza un recorrido con el artista Fabián Orozco, en este recorrido pudimos evidenciar las riquezas hídricas del Barrio, pudimos ver dos afloramientos de agua que aún están vivos en el Barrio. En el recorrido llegamos a Casa Blanca, allí conversamos de las iniciativas de los participantes para la intervención, se dijeron las siguientes propuestas: Pintar un mural en el suelo de casa blanca, pintar el tubo de agua de EPM, pintar las escalas del sector en que vive doña Elvia, pintar un mural en la casa de doña Elvia ya que es un punto de encuentro comunitario, sembrar árboles en los nacimientos de agua. En esta ocasión, estuvimos reflexionando acerca de la importancia de pensarnos a futuro nuestras vidas. Por los afanes de la vida cotidiana no pensamos lo que queremos realizar a futuro, no nos detenemos a soñar y a proyectarnos. Por ende, comenzaremos a la construcción de nuestros mapas de los sueños, en los cuales tengamos la posibilidad de abstraernos personalmente e imaginar, soñar, ensoñar.
El artista invitado Fabián Orozco, nos llevo una propuesta para recolectar lo que se considera como patrimonio en el barrio. Los participantes hicieron alusión a lo siguiente:
Resaltar los nacimientos de agua
El rostro de mujeres por sus luchas y liderazgo
Los líderes que se han ido
Los animales de montaña y domésticos, como los perros y gatos
La comida como papel central en el proceso de construcción del barrio, en los convites, en los trabajos, en la vida cotidiana.
La gente, la comunidad en general
El slogan: “Bello Oriente, la montaña que siente”
Fabián proyectó diferentes referentes artísticos en los cuales se ha trabajado el patrimonio de diferentes lugares de Latinoamérica.
De estos, los participantes aceptaron que se pueden trabajar en el sector.
La propuesta es pintar las escalas en franjas, con diferentes motivos, pero complementarios en la línea discursiva. Estas formas discursivas que se trabajaron en anteriores encuentros con las mujeres son las que irán en la intervención de las escaleras, fue muy grato ver cómo cada persona del grupo se sumaba al aprendizaje con los artistas y sentía suyo el territorio que habitaba; se sumaron también varios vecinos que sonreían al ver al grupo trabajar. El compartir del alimento fue también un momento muy significativo en la jornada, puesto que todos y todas manifestaban sus sentires frente a la posibilidad y necesidad de habitar como suyo el territorio compartido. Varias de las señoras manifestaban que solo es posible la transformación cuando nos unimos, cuando estamos en un mismo camino de comunidad y lucha.
La jornada de la tarde contó con más participación de la comunidad, en especial de un grupo de niños y niñas que se acercó con el interés de apoyar la intervención del mural. En este espacio todos pudimos compartir los colores, el espacio y el posibilitar a los y las niñas que se sintieran partícipes de la transformación de su territorio. Con ellos fue un tanto difícil la organización y convivencia en medio de la intervención pues tenían actitudes muy dominantes e impositoras en varias ocasiones, en especial las chicas.
Mientras realizábamos la intervención, ocurrió una riña entre aproximadamente 30 estudiantes (más que todo mujeres) del colegio que habían recién salido y acordaron encontrarse para pelear. Este hecho fue bastante impactante porque los vecinos, en vez de evitarlo, apoyaban e instaban a las chicas para que siguieran peleando, al tiempo que nosotros continuábamos con la intervención e intentábamos mantener las iniciativas en una situación de tanta tensión.
Finalmente, la jornada termina a las 7pm, momento hasta el que nos acompañaron personas como doña Ana y doña Elvia, quienes quedaron bastante alegres con la obra terminada. El arte, como se conversó, termina siendo una experiencia bastante significativa cuando se busca mantener la unión, la comunidad y la apropiación del territorio aún en contextos donde la intolerancia, desigualdad e indiferencia son las que quieren imponerse.