En Cooprogreso nuestros planteamientos metodológicos y propósitos se articularon muy bien con los deseos y disposición de los participantes. El proceso, desde ellos, se orientó hacia la comunidad, y con las prácticas artísticas como medio, los muchachos reivindicaron su posición como interlocutores de sus vecinos: alzaron la frente, los miraron a los ojos, y plantearon con palabras y acciones un problema y una ruta de solución. Múltiples lenguajes, artísticos y de otra índole, potenciaron la sensibilidad estética y política de los participantes, quienes luego de comprender y discutir referentes, desde la obra conceptual de Gabriel Orozco hasta el nivel más cercano de Art Attack (un amplio espectro de complejidad).
La materialización final transformó el espacio y las prácticas de la comunidad en relación con la disposición de residuos sólidos, superando hábitos desordenados que afectaban la convivencia, mejorando las condiciones de trabajo de Cooprogreso, y de habitabilidad para la comunidad del entorno del lavaautos, en el barrio Doce de octubre.