Buena Vista, un barrio para hacer itinerancias
- La actividad permitió reconocer nuevos públicos que, a su vez, abren nuevas líneas de trabajo: Los niños interesados en actividades artísticas y recreativas. Adultos mayores que han sido fundadores del barrio y conocen su historia, nuevos habitantes del barrio, en particular venezolanos, que tienen una nueva perspectiva ante el territorio y con los cuales se hace necesario generar nuevos hábitos de arraigo y convivencia. Las estrategias de itinerancia permiten conocer a personas que antes no habían participado del proyecto. Por ejemplo, conocimos a uno de los fundadores del barrio, quien además fue quien eligió el nombre de “Buena Vista”. Nos contó su historia, basada en la vista de toda la ciudad que para ese entonces tenía el sector “ahora ya se ha deteriorado mucho” dice al referirse a las nuevas construcciones que le obstruyen la vista. Conocimos a la madre de una de las integrantes de la Junta de Acción, que abre posibilidades a nuevas personas que participen en el proceso y a una nueva alianza más provechosa con la Junta. Realizar una itinerancia como estrategia para un mayor alcance y difusión del proyecto en la comunidad ampliada del barrio Buena Vista, por medio de una recolección de audios a modo de entrevistas rápidas, acerca de la percepción del barrio y sus proyecciones desde los sueños personales.
- Se recopilaron relatos valiosos acerca de la memoria del barrio, en donde quedan en evidencia las subjetividades de algunos de los habitantes acerca del barrio: desde la timidez y la negación a concebir cambios y mejoras de su situación actual, hasta las necesidades de espacios de realización como juegos y lugares comunes.
- También se resaltan como puntos en común las transformaciones urbanas: alusiones a la quebrada y la posibilidad de su entamboramiento para evitar los malos olores, la legalización del barrio, la exaltación del cambio de las viviendas de madera a material.
- Se identifican muchas personas que llevan viviendo muchos años en el territorio y que conocieron sus orígenes.
En este territorio también se generó una cartografía social con los habitantes del sector para identificar las vinculaciones afectivas, los reconocimientos del sector y las formas de comprender el territorio que permita establecer categorías de análisis y trabajo desde las problemáticas y los intereses de la comunidad. Se identificaron líderes potenciales que trabajan y conviven con el territorio. Se identificó un grupo base para generar varias de las acciones en el territorio: el grupo de la tercera edad, en el cual participan algunas personas del sector de la intervención junto con comunidad ampliada de Villatina. Se logró generar una cartografía social que se irá nutriendo a lo largo del proceso.
La actividad realizada al ingreso del sector frente a la JAC permitió conocer nuevas personas de la comunidad y visibilizar la presencia del Museo y EPM en el territorio por medio del proyecto.
La cartografía curiosamente mapeó puntos de referencia sobre todo de otros sectores del barrio, dando como un gran resultado la ausencia de elementos al interior de Buena vista. Todos los referentes se ubicaron al exterior del mismo, hacia las centralidades de Villatina. Algunas lideresas pertenecientes al grupo de la tercera edad se vieron muy animadas con la actividad, generando cartografías paralelas en donde daban otras dimensiones al territorio. Lo que nos cuenta al final este tipo de provocaciones desde las prácticas artísticas, es que los territorios son la plataforma perfecta para explorar, que en muchos de los casos es desconocido por las personas que lo habitan y por tanto quizás el sentido de pertenencia esté menguado en esos lugares, pero las itinerancias y activaciones tan sencillas como el frotagge pueden ser la excusa perfecta para reunir a las personas alrededor de una narrativa en común: el lugar donde viven