En Belén San Bernardo está ubicado el lavautos la 24, para Hernán Cartagena su lugar de trabajo es el frente de su casa, donde todas las mañanas el agua le da su sustento, aquí es por medio de una manguera, cuenta Hernán que su sustento por muchos años se lo dio el mar.
Aquí solo trabaja él, en una vía por donde ocasionalmente pasan vehículos y muchos no pasan precisamente a lavar, aun así, la clientela de este lavautos es amplia.
Servicios especializados componen el catálogo de saberes de este lavautos, donde muchos clientes llegan a restaurar sus carros, por la calidad del servicio y el precio inigualable, si don Hernán no lo sabe hacer, seguramente sea difícil encontrar donde hacerlo.
No hay ninguna persona en esta cuadra que no sepa y tenga que ver con Hernán Cartagena, “todos me saludan, todos me molestan con chistes” dice don Hernán para referirse a lo cercana que es la comunidad con él, “me toca despreciar tintos y almuerzos” cuenta en medio de una risa.
Su familia siempre ha sido cercana a la comunidad, “en otros tiempos esta casa era la que hacia las mejores navidades para toda la cuadra” cuadra que en los últimos años se ha llenado de gente nueva “ya no somos los mismos viejitos de siempre” precisa él para hablar sobre lo bueno de que las cosas cambien.
Pocas personas del sector poseen vehículos, por tal no son clientes potenciales para el lavautos, pero aun así es como si el lavautos fuera más que eso, se convierte en un lugar de reunión, el personaje del barrio que pasa a ofrecer ayuda con las labores para ganar algo de dinero, el vecino que conversa con Hernán cuando no hay carros para lavar, la vecina que lo invita a tinto.
El lavautos es esta cuadra, podríamos decir que es una excusa para ser comunidad.
El mar, es lo primero que se viene a la mente cuando uno recuerda a Hernán Cartagena, desde los 16 años, huyendo de un regaño de sus padres, por malos comportamientos en el colegio, dio a parar al puerto de Buenaventura, donde con algunas mentiras y sus aprendizajes en el colegio sobre mecánica industrial, abordo su primer barco.
Perú, Ecuador, Estados Unidos, Italia, Japón, Egipto, Rusia, son unos cuantos de los países que conoció viajando a bordo de barcos.
Gran experiencia tuvo viajando por el mar, de puerto en puerto, esta ha hecho de Hernán Cartagena un hombre sabio, calmado como el mar en la orilla de una bahía cuando aún es verano, su voz nos hacen pensar que la brisa del mar caló en sus huesos cientos de historias.
Un hombre del agua, del agua en movimiento, del agua que corre, que comunica, que comparte alegrías, el agua que nos une a todos.
“Los científicos dicen que estamos hechos de átomos,
pero a mí un pajarito me contó que estamos hechos de historias”
Eduardo Galeano
Recopilar las historias de Hernán se hace necesario, una gran voz como la de él, con tantas experiencias, aprendizajes y cuentos no puede desaparecer, no puede pasar desapercibida.
Para nosotros Hernán es como un personaje de ficción, de esos que aparecen solo en historietas o películas, un aventurero con miles de hazañas que inspira a ser aventurero, a aprender, a ir siempre más allá.
Por todo esto nace la idea de crear una historieta con algunas de las experiencias más significativas para él, como una forma de guardar su memoria y agradecerle por compartirla con nosotros.