El lavautos de Versalles es un equipo humano sólido y unido, han recibido los encuentros con pedagogía social, han sido participativos, se han arriesgado a explorar cada uno de los ejercicios que se han diseñado para los lavautos, pensados para fortalecer dinámicas y habilidades en ellos, algunas que son individuales y otras que son colectivas.
En el reconocimiento de los patrimonios que tienen ellos dentro del lavautos, reconocen que el “dulce abrigo” o trapo así como sus manos son sus principales herramientas de trabajo y en esta media la reflexión se expande al pensar en que otros usos podrían tener ambas, al reconocer estos patrimonios individuales desde la gratitud , exaltan las cosas que les aprender de las técnicas propias del oficio de alistar carros, estas posibilidades narrativas que nos permite el arte, para ver las cosas desde horizontes ampliados, nos sirvió como metáfora para que ellos mismos, y la comunidad pudieran ver de manera diferente el oficio de alistar carros. Solo imaginar una mano que lleva más de 8 años lavando carros, puesta en la labor de enhebrar una aguja hace que ellos, y quienes los ven a diario en la exigente labor de lavar, movilicen los imaginarios alrededor de ellos, este ejercicio permitió que los se comenzaran a reconocer desde la posibilidad y desde el reconocimiento de otros oficios que también tienen técnicas propias, como tejer.
En cada uno de los dulce abrigos se tejieron los acuerdos o “convenires” cada dulce abrigo tenía una palabra con la que esa persona se identificaba y ponía además al servicio de los demás en el lavautos y en su comunidad.
DEJAR EL MIEDO A LA ESTIGMATIZACIÓN
ROMPER PARADIGMAS
ATREVERSE
“Queríamos enseñarles una puntada para tejer pensamientos que pudieran interiorizarse, y a partir de eso nos propusieron expandir la exploración a otras formas, texturas, puntadas, es decir, conectaron con la verdadera posibilidad que nos permitía tejer, se hizo un compartir de saberes.”