Llamado anteriormente “Barrio Antioquia” y sectorizado como la “zona de tolerancia de Medellín” después de los años 1950, Trinidad —su actual nombre— ha cambiado su rostro: ya es un barrio mucho más residencial, decente con grandes personas que luchan por sus futuros y el de sus familias.
Dentro de este grupo se encuentra Juan David y Andrea, una pareja propietaria del lavautos “Juanda” que operan allí hace casi 8 años. Inscritos dentro del proyecto Memorias del Agua, una de las actividades pedagógicas que se desarrolló en este lugar fueron los perfiles periodísticos. La indicación fue sencilla, en un fragmento de hoja describirse física e interiormente, incluyendo por supuesto, los aspectos tanto negativos como positivos.
Luego de un amplio lapso de tiempo, pues según ellos “hablar de uno mismo no es tan fácil como parece”, en el momento en que se socializó el producto se dejó entrever algo que no se tenía previsto dentro de la planeación: el asombro total por parte de cada uno de ellos al leerse en voz alta.
Fue tan potente el hecho que, como individuos y como pareja, desconocían el uno del otro sus aspiraciones en la vida. Pese a esto, se encontraron puntos comunes, asuntos como seguir trabajando fuertemente por el futuro de sus hijos y por el de su pareja, entendiendo que es el lavadero el dador de la estabilidad económica para su hogar y como una fuerte herencia que se dejará de generación en generación.
Llamó la atención el hecho de lo potente que se convirtió el asumir que es la unidad de negocio la ruta directa para alcanzar sus metas, una proyección que se centra en el sostenimiento monetario y de una tranquilidad absoluta que no cambiarían por nada en el mundo, como lo mencionan ellos, nuevamente.
El juego en el lavautos La 97
Un, Dos, tres por mí…
El juego entendiéndolo como “una acción u ocupación libre, que se desarrolla dentro de unos límites temporales y espaciales determinados, según reglas absolutamente obligatorias aunque libremente aceptadas, acción que tienen su fin en sí misma y va acompañada de un sentimiento de tensión y alegría y de la conciencia de “ser de otro modo” que en la vida corriente” J. Huizinga. Homo Ludens
Dentro de las intenciones metodológicas se tuvo en cuenta el juego para el lavautos de la 97, como punto de partida para lograr propiciar un encuentro entre lo afectivo y lo intelectual, colocando como protagonistas la diversión, la exploración, la capacidad de asombro, y la posibilidad de llegar a un propósito común, como el caso de las canicas y enumerarse colectivamente del 1 al 10; es decir dentro del proceso se había identificado que para este lavautos uno de sus retos mayores era el trabajo en equipo, la comunicación asertiva y la identificación de objetivos comunes.
Si, bien es claro que los integrantes del lavautos llevan ejerciendo este oficio durante muchos años, y que lo han hecho en su mayoría juntos, para el presente eran evidentes los inconvenientes al interior del equipo que no permitían un buen ambiente de trabajo.
Por lo que el juego llego como una posibilidad de invitar a la razón a aquietarse un poco y dejar sacar el niño alegre y juguetón que cada uno lleva, aparentemente el juego dejaba a un lado los problemas y dificultades que cada uno tuviera pero traía un regalo sorpresa… descubrir los otros medios posibles para comunicarse, que lo no convencional para el juego logra ser mas potente, ahí esta la invitación creativa de cada ser humano y ver que fue una evidencia maravillosa en este lavautos es realmente significativo; identificar como se hablaron, se escucharon y realizaron acciones colectivas en pro de un fin común.
Incluso es importante anotar que el tema de las reglas, los limites y las consecuencias de las acciones puestas en los juegos, ya que en la descripción del juego hemos tomado importancia a lo siguiente: generar una invitación motivadora, dar la mayor información y aclarar dudas, ser facilitadores de medios y en ocasiones incluso de los materiales, distribuir funciones o roles, estar al cuidad del juego. Se han logrado implementar con mayor comprensión en temas tan vitales como el pago de la factura, ya cada uno asume con responsabilidad y tranquilidad lo que le corresponde, donde cada uno sabe que ocupa un lugar esencial para el propósito colectivo.